La experiencia,se dice,es el mejor maestro,siempre que seamos buenos estudiantes

DONDE SU FUEGO NUNCA SE APAGA


Estaba acostada, soñolienta, en la cama, debajo del negro crucifijo con un cristo de marfil. El sacerdote me pregunto que si estaba preparada para confesar, pero no realmente no lo estaba así que le hice un gesto de que no.

Luego, súbitamente, el cuarto empezó a alejarse de mis ojos, a partirse en zonas y haces que se dislocaban y eran arrojados a diversos planos. Abrí los ojos y me encontré en una calle, cerca de un  gran edificio rojo, camine hacia la puerta de entrada, justo cuando entre la puerta se cerro, vi al fondo una silueta de un hombre, me acerque para verlo mejor era Oscar Wade , cuando quise huir ya me estaba besando tan apasionadamente como aquella vez en el cuarto de hotel Saint Pierret me ericé al recordar lo bueno que era besando, pero luego reaccione huyendo de aquel lugar.

Cuando salí vi, que la calle había cambiado y me estremecí , llegue a una puerta torcida, que dejaba pasar la luz entre y en las escaleras estaba estaba nuevamente Oscar Wade, fue hacia mi, le sugerí que no me siguiera  y me gire hacia tras para marcharme, pero me agarro bruscamente por el brazo lastimándome y haciéndome dar una vuelta quedando frente a el, esta vez  me beso salvajemente como si estuviera enojado y al mismo tiempo quisiera comerme, hice el esfuerzo por irme pero este no me dejaba, cuando al fin pude despegarme, corrí hacia la puerta, intentaba abrirla fallando en el intento , note por la venta que había oscurecido, Oscar Wade ya estaba justo delante de mi , notaba su respiración agitada, este me dijo : es inútil que te escapes, lo que hicimos aquella vez deberá continuar , le respondí que ya había terminado para siempre y me dijo que deberíamos empezar otra vez y seguir y seguir, no sabia que decir.

El gran cuerpo de Oscar estaba cada vez mas junto al mío  y yo me encontraba acorralada entre el y la puerta, sentía su vibración y respiración, me besó esta vez lleno de pasión y lujuria, nos sentíamos atraídos el uno por el otro, ya no quería escapar quería que este momento jamás acabara y de repente mis rodillas flaquearon cerré los ojos y me entregue a  mi ultima noche de amor.

0 comentarios:

Publicar un comentario