Desde que existen los gobiernos, las personas han querido expresar los problemas que les molestan, disgustan o les incomoda y que suceden o han sucedido en algunos períodos de gobiernos de su país desde el inicio de la que conocemos como República. Sin embargo, la mayoría de estos nunca son expresados por temor al rechazo de sus comentarios o ideas, o peor aún a que tomen represalias contra ellos. Desde luego, aparecen personas con valentía que están dispuestas a no callarse ante los actos de corrupción, ante las acciones inmorales y bochornosas que se cometen contra el Estado y los ciudadanos. Personas como Juan Luís Guerra nos sirven de ejemplos ya que manifiestan su inconformidad ante los inadecuados manejos de los recursos del Estado que da una voz de alarma con su canción "La guagua va en reversa, realidad de un país"
Según Eli Heiliger “La creatividad poética y musical de Juan Luís Guerra nos entrega otra gran pieza en su última producción: “La guagua va en reversa”, no sé si ese es su nombre, pero la imaginería popular así la bautizó. Es una bella canción, el artista, esa es mi certeza, manifiesta en ella su visión de cómo anda el país, que por cierto no es “p´ lante que vamos” sino que tenemos la reversa puesta, que como dicen los chóferes de guaguas es un cambio fuerte. Esto es penoso y una dura realidad, los países sean vuelto una cueva de delincuentes comenzando por los mal nombrados políticos, que nos son mas que delincuentes con trajes, que todo lo que realizan es a conveniencia de ellos, sus allegados y mas nadie. Juan Luís Guerra al igual que millones de ciudadanos cree que los países en mala situación se pueden guiar a hacia un futuro mejor y un mayor desarrollo poniendo empeño en ello.
Sin lugar a dudas esta canción muestra la realidad de muchos países latinoamericanos con sus gobiernos, ya que estos no cumplen las promesas hechas a los ciudadanos y la cumbre con mas promesas baratas. Los ciudadanos dormidos ante estas no reaccionan ni protestan delante de tan mala gobernación, sino que andan felices como si no ocurriera nada y el país cada día mas en retrocesos, la culpa no es del gobierno ni menos del presidente, sino de nosotros mismos. Y es que nos quedamos de brazos cruzados frente a tantos casos de corrupción, desvío de recurso de dinero, cambios de leyes, incumplimientos que realiza el gobierno, que simplemente perjudica al país, debemos protesta por lo que no estamos de acuerdo, el país no es de los políticos solamente, es de todos. Sin embargo cada contienda electoral se nos vuelve a engañar con promesas falsas que nunca serán cumplidas y votamos por ese y cuando salen electos las promesas se van al bidón de las promesas como dice la canción.
Cada vez que se necesita elegir a un presidente, ingenuamente elegimos al que cuatro u ocho años atrás nos hizo pasar hambre, puso al país en una miseria más grande de la que tenia, hizo promesas que aún después de esos años no cumplió. Y es que somos estreñidos de mente, con poca o ninguna inteligencia, ya que se nos olvida que esas personas nos hicieron pasar penuria, y luego cuando hace lo mismo empezamos a lloriquear, a maldecir, a culpar al gobierno y al presidente de hacerlo mal, de poner la situación mala. Sin embargo, no nos acordamos por quienes ellos están ahí, que sin nuestro voto no lo hubiéramos elegidos y estos no estuvieran en esa posición ni gobernando a su libre albedrío como hasta ahora lo están haciendo. Entonces considero a todos estos países el culpable de su propia desgracia, a la población en general que entrega el poder del voto como escupiendo hacia arriba para después maldecir la saliva que le cayo en el alma.
Para terminar, exhorto a tener cuidado a la hora de elegir a aquellos que van a dirigir, controlar y administrar las instituciones del Estado y el destino de nuestro país. Y es que a través de los años hemos recibido promesas de los diferentes candidatos y estas nunca se hacen realidades, a pesar de la vehemencia con que la expresan por lo que debemos sopesar la decisión a tomar para no repetir la historia en cada proceso o contienda electoral. Debemos saber distinguir, evaluar y valorar de manera cuidadosa las ofertas que recibamos para saber realmente por quien decidimos para el bienestar económico, político, social y cultural. Mientras no tomemos conciencia de que de nuestra decisión depende el porvenir del país y sepamos identificar lo que verdaderamente necesitamos seguiremos siendo “La guagua va en reversa, realidad de un país”.
1. Eli Heiliger, "La guagua va en reversa", Diario Libre. 10. 17 junio 2010
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